¡HOLA!

 Intentaba resolver comprando online, pero se me hacía difícil encontrar que una misma web me ofreciera variedad en zapatos infantiles de calidad que no me costaran un riñón. Si llegaba a encontrar alguna, entonces  echaba en falta varias cosas. Como puede ser esa confianza que se llega a establecer con la persona que lo vende, o la falta de información sobre el zapato, sí, esa que te hace decidir que sin duda es lo que buscabas. O simplemente un proceso sencillo para realizar la compra. ¿Acaso era mucho pedir?

Al final casi siempre terminaba cerrando el ordenador y saliendo a lidiar con el tráfico de la ciudad. Iba centro comercial arriba, centro comercial abajo, arrastrando a una niña con cara de pocos amigos, a la que no le hacía ninguna gracia ir de tienda en tienda probando zapatos. Esto nos podía tomar una hora, dos, tres… y el tiempo precisamente no me sobraba. 

  "Cuando las oportunidades no llamen a tu puerta, construye una”     

                                                                                Milton Berle 

   

Entonces, llegaron la crisis y los recortes a la empresa en la que trabajaba, y mi plaza desapareció.  El panorama laboral no pintaba nada bien, así que me dije: Jacqueline, a esto hay que darle alguna solución. 

Vinieron a mi memoria como en el trailer de una película, todas esas ocasiones en las que necesité comprar calzado infantil ...

           Y así surgió Octopus, la tienda física en 2017. 

He de confesar que el nombre no se me ocurrió a mí, fue a mi esposo que se imaginó que un pulpo sería un cliente genial ¡Tantos tentáculos para poder calzar! Y la idea me encantó!  El verde pues… amo ese color.  Me inspira alegría, esperanza, equilibrio (mi palabra favorita). Meses después nos lanzamos con Octopushoes, la tienda online. 

     

  “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”

                                                  Walt Disney

         

Emprender un negocio puede dar mucho vértigo. Encuentras obstáculos constantemente, desde la financiación, sin subvención alguna, a encontrar un local en condiciones. En mi caso, en el que encontré hubo que reformar desde el techo hasta el suelo.

     

 

Por otra parte, comenzaba en un mundo que para mí era completamente nuevo. Recuerdo que buscaba por internet los contactos de los proveedores de las marcas que en principio me interesaban y con mucho morro los llamé uno a uno. Algunos fueron muy amables, confiaron y comenzaron a colaborar conmigo desde el inicio. Otros pasaron completamente… con el tiempo fueron ellos los que me contactaron.

Momentos duros siempre van a surgir, pero sin duda me quedo con aquellos en los que mis clientes me hacen sentir muy feliz y orgullosa de mi trabajo. 

La satisfacción de las madres y los padres, su confianza, su agradecimiento día tras día y la cara de felicidad de los niños (casi como la mía), cuando se llevan sus zapatos puestos, no tiene precio. Es un subidón tremendo. 

   Tenemos un claro objetivo

Transmitir la misma sensación de cercanía, confianza y buena experiencia de compra que ofrecemos a nuestros clientes en la tienda física. Conseguir ser tu zapatería online de referencia, en donde puedas encontrar variedad de calzado acorde a todos los bolsillos, pero donde siempre prime la calidad. Desde los zapatos para los primeros pasos hasta los modelos más  juveniles. Y por qué no? Poco a poco para mamá y papá que también nos lo merecemos.

No vale cualquier zapato si de la salud de los pies se trata.

   Siento especial preferencia por aquellas marcas comprometidas con el medio ambiente y aquellas donde el calzado es fabricado en España, pero en el catálogo encontrarás también otras.  Los modelos los suelo escoger yo misma basándome en todo lo que he y sigo aprendiendo sobre el mundo del calzado, pues sobre lo que no se sabe no se debe aconsejar. Me gusta conocer qué hay detrás de cada marca, su historia y sus principios. Conocer dónde y con qué materiales se fabricó el zapato, cómo calza, qué aporta … eso es fundamental. También me baso en mi propia  experiencia como madre y consumidora, e incluso, suelo pedir ayuda a mi hija, que ya no es tan niña, para elegir modelos que agraden a los jóvenes.